Solo Judge, Betts y Ramírez aportaron más entre 2018 y 2024

ENREDADORD

Fuente Externa

En el campamento de Juan Soto todavía no se deciden tras un mes recibiendo y analizando ofertas, reuniéndose con propietarios hasta con fortunas que superan el presupuesto dominicano, en una licitación que de entrada el subastador advirtió que no había prisa para abrir el sobre ganador.

A Soto le tomó jugar 936 partidos durante siete temporadas para finalmente obtener una libertad que quiere exprimir al máximo. Los 82,3 millones de pesos que devengó en ese tramo sirvió de escudo de material blindado para resistir el bombardeo sin precedentes para cerrar extensiones.

Pero uno de los argumentos que preparó el equipo de 75 personas que trabajan para Scott Boras, el agente del jugador, es que el aporte en el terreno del dominicano casi cuadruplicó lo que se giró a su cuenta bancaria. Un "rojo" que es hora de rectificar.

De acuerdo a la herramienta dollars de FanGraphs, que determina el costo de cada victoria sobre jugador reemplazo (fWAR) por temporada, para Nacionales, Padres y Yankees cubrir la contribución de Soto debieron haber girado 290,4 millones de dólares.

Desde que el bateador zurdo llegó a la liga en 2018, solo Aaron Judge (341,2 millones de dólares), Mookie Betts (327,7 millones de dólares) y José Ramírez (301,4 millones de dólares) tuvieron un aporte mayor al suyo de acuerdo con ese indicador.

Mas allá del juego: la estrategia de negociación

La competencia por sus servicios es intensa. Equipos de alto perfil como los Mets, Dodgers, Red Sox y Blue Jays se han sumado a la puja, mientras los Yankees han redoblado esfuerzos para retenerlo. El potencial financiero de este contrato trasciende lo deportivo, ya que podría generar millones en ingresos por boletos, derechos televisivos y "merchandising", redefiniendo la percepción de cualquier equipo que logre contratarlo. Scott Boras, su agente, figura legendaria en el mundo de las negociaciones deportivas, solicitó ofertas iniciales para el Día de Acción de Gracias, utilizando la presión del tiempo y la expectativa mediática como herramientas estratégicas. Boras anticipa que el contrato de Soto podría incluso superar el acuerdo de US$700 millones de Shohei Ohtani con los Dodgers, una estrategia de anclaje que fija un punto de referencia alto para las negociaciones, estableciendo un marco para las ofertas futuras.

Las negociaciones de contratos en las Grandes Ligas trascienden los números, intervienen múltiples factores tangibles e intangibles. Son un reflejo de la sofisticación estratégica y la magnitud del negocio que está dentro del deporte profesional. Estos procesos involucran una combinación única de factores deportivos, empresariales, psicológicos, culturales y mercadológicos, donde cada detalle cuenta

Negociaciones complejas: BATNA, ZOPA y estrategias clave

Agentes como Scott Boras lideran estas negociaciones con estrategias calculadas, buscando maximizar el valor a favor de sus clientes. Borras suele utilizar lo que se denomina BATNA STRATEGY (Best Alternative to a Negotiated Agreement), generando ofertas externas que fortalecen la posición de Soto en la mesa de negociación, creando presión competitiva en el mercado.

Mientras su agente toma en cuenta múltiples intereses que van desde los financieros hasta factores intangibles como el legado y el impacto mediático (marca personal) del jugador. Como argumenta James Sebenius, las negociaciones complejas requieren un delicado equilibrio entre crear valor conjunto y reclamar valor individual para maximizar los beneficios. En el caso de Juan Soto, su BATNA —la posibilidad de que cualquier equipo en el mercado libre compita agresivamente por sus servicios— fortalece su posición negociadora, obligando a los equipos a ofrecer contratos que excedan las expectativas iniciales.

Para crear valor dentro de la ZOPA, se suele negociar incentivos por rendimiento, pagos diferidos o cláusulas de opt-out, que permiten equilibrar las aspiraciones de Soto con las limitaciones presupuestarias de los equipos. Por ejemplo, los Phillies lograron firmar a Bryce Harper mediante pagos escalonados, mientras jugadores como Mookie Betts incorporaron bonos ligados a métricas clave, ampliando el valor percibido sin comprometer el presupuesto inmediato. Esto demuestra que, con creatividad, una negociación compleja puede transformarse en un acuerdo beneficioso para ambas partes: una estrategia de creación y distribución de valor.

Su agente calibra cuidadosamente estos elementos, utilizando métricas avanzadas como WAR (Wins Above Replacement) para justificar cifras récord y ampliar la ZOPA (Zone of Possible Agreement). Este enfoque técnico y estratégico tiene aplicaciones similares en otros sectores.

Las negociaciones de Soto no ocurren en un vacío. En 2000, Scott Boras negoció el contrato de Alex Rodríguez, que rompió récords al superar los US$252 millones y estableció un nuevo estándar en la industria. Este acuerdo no solo elevó las expectativas salariales de los jugadores, sino que también redefinió el rol de los agentes como arquitectos de valor estratégico. Dos décadas después, Boras aplica la misma audaz estrategia con Soto, demostrando que el éxito en la negociación no depende únicamente del mercado, sino de cómo se maneja la narrativa alrededor del jugador.

De igual manera, el fallido intento de los Red Sox por retener a Mookie Betts en 2020, que terminó con su transferencia a los Dodgers, muestra cómo la incapacidad de identificar una ZOPA adecuada puede llevar a resultados desfavorables tanto para los equipos como para los jugadores.

Más allá de los números, las negociaciones de alto nivel en la MLB son un juego psicológico. El dominio de Scott Boras no radica únicamente en su conocimiento técnico, sino también en su habilidad para leer las intenciones de los equipos, manejar la presión pública y gestionar la incertidumbre emocional de sus clientes. Por su parte, Soto debe equilibrar su deseo de maximizar su contrato con la presión de tomar una decisión que defina su carrera y su legado.

En estos procesos, las emociones juegan un papel clave. La confianza del jugador en su agente, la narrativa que construyen los equipos para justificar sus ofertas y la presión mediática para cumplir con las expectativas de los fanáticos son factores que modelan el resultado.

Lecciones Universales de Estrategia y Liderazgo Personal

Negociar en este escenario es una prueba de sofisticación técnica y profundidad estratégica. Más allá del béisbol, estos procesos ofrecen lecciones valiosas sobre cómo alinear intereses divergentes, optimizar resultados y gestionar la percepción pública para influir decisiones privadas. Desde el manejo del tiempo hasta el uso de herramientas avanzadas de análisis, el caso de Juan Soto no solo marca un hito en las Grandes Ligas, sino que también ejemplifica cómo gestionar intereses complejos en un entorno de alta competencia. Su capacidad para mantenerse enfocado en sus objetivos, confiar en su agente y navegar un mercado complejo mientras preserva su imagen pública y su atractivo para los equipos refleja habilidades de liderazgo personal, aplicables a cualquier ámbito estratégico.

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