ENREDADORD
Por Juan Pujols

El empoderamiento femenino ha sido uno de los movimientos sociales más significativos del siglo XXI. Las mujeres han avanzado en múltiples esferas: liderazgo político, independencia económica, autonomía personal y libertad sexual. Este progreso, a todas luces necesario y justo, ha traído consigo un rediseño de las dinámicas tradicionales dentro de las relaciones de pareja. Pero, ¿cómo ha sido afectada esa relación en este nuevo contexto? ¿Siente el hombre moderno temor de acercarse a una mujer empoderada?

La respuesta es compleja y merece un análisis sin prejuicios.

Nuevos roles, nuevos retos

Durante siglos, las relaciones de pareja se han basado en estructuras jerárquicas donde el hombre ocupaba el rol de proveedor y la mujer, el de cuidadora. Hoy, esa estructura ha cambiado: muchas mujeres se sostienen solas, lideran empresas, toman decisiones sin depender de nadie y, en muchos casos, son las cabezas del hogar. Esto ha generado, en algunos hombres, un desconcierto. No por malicia, sino por una falta de referentes emocionales para relacionarse de igual a igual con una mujer independiente.

El miedo como síntoma de cambio

El temor de acercamiento que sienten algunos hombres no es hacia la mujer en sí, sino hacia la pérdida del control o del rol que históricamente creyeron tener asegurado. Se sienten cuestionados, inseguros ante una mujer que no necesita ser "rescatada", sino acompañada. Esto genera, en ciertos casos, actitudes defensivas, evasión o incluso rechazo.

Pero este miedo también puede ser visto como una oportunidad de crecimiento. El hombre que se atreve a revisar sus creencias, su ego y su papel dentro de la relación, tiene la posibilidad de construir vínculos más auténticos y horizontales.

El desafío: relaciones más conscientes

El empoderamiento femenino no es una amenaza para el amor; es una invitación a reescribirlo. No se trata de competir, sino de compartir. De entender que el poder no es dominio, sino responsabilidad. Que amar a una mujer libre requiere también de un hombre libre, emocionalmente maduro y dispuesto a construir desde el respeto mutuo.

Conclusión

En definitiva, el empoderamiento de la mujer ha desafiado las viejas formas de amar, pero también ha abierto la puerta a relaciones más plenas, donde ambos se eligen por lo que son, no por lo que esperan recibir. El miedo puede ser natural en tiempos de cambio, pero el crecimiento está reservado para quienes se atreven a enfrentarlo con honestidad y apertura.
Juan Pujols RD.

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