ENREDADORD

 Juan Pujols
Vivimos en una era donde las redes sociales ocupan gran parte de nuestra atención y moldean, muchas veces sin darnos cuenta, la forma en que nos relacionamos con el mundo. Nos ofrecen una ventana para compartir, aprender y conectar, pero también pueden convertirse en espejos deformantes donde la apariencia vale más que la esencia.

Predicamos autenticidad, pero compartimos lo que creemos que generará más aprobación. Promovemos valores, pero muchas veces nuestras acciones digitales contradicen nuestras palabras. Así, se construye una competencia silenciosa, donde no siempre gana el más real, sino el que mejor aparenta.

Las verdaderas ganadoras, sin duda, son las plataformas que capitalizan nuestra necesidad de validación, convirtiendo nuestras emociones y comportamientos en datos y ganancias. Pero no se trata de demonizar las redes. No son en sí mismas el problema, sino el uso que hacemos de ellas.

Hoy más que nunca, necesitamos educar nuestra conciencia digital. Aprender a usar estas herramientas como medios para el crecimiento personal, la solidaridad y la verdad. Que no nos atrape la ilusión de una vida "likeada", mientras se nos escapa la vida real, la que sí importa.

La clave está en usar las redes, sin que ellas nos usen a nosotros.

— Juan Pujols RD.

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