Tony Remol recuerda con claridad sus inicios como cantante cuando era un niño y compartía el patio de la casa de su abuela, antes de mudarse a Las Matas de Santa Cruz, en Monte Cristi, provincia que vio nacer a bachateros icónicos de República Dominicana. Años finales de la década de los 80 y principios de los 90, cuando emergía en la escena Anthony Santos, período del cual Tony fue testigo privilegiado.
Tony soñaba con ser artista, mientras veía subir a otros que como el intérprete de Voy pa’ allá engrosaban la lista de éxitos de la música de amargue gracias al éxito y el impulso que le dieron en esos años, además, Luis Vargas, Raulín Rodríguez y más adelante Frank Reyes. «Vi cómo fueron surgiendo esos exponentes que casi de inmediato alcanzaron estatura de relevancia en la música dominicana», comenta el cantante en un aparte con País Político en la actividad donde presentó su nuevo sencillo.
La bachata se entronizó en sus aspiraciones artísticas. Nacido en Pueblo Nuevo, en Mao, no podía darle de lado a este género cuando estrenó su primer álbum, en el cual incluyó cuatro canciones en esta línea. Antes de partir a Europa –en Ucrania conoció y compartió en los años cuando Volodímir Zelenski, presidente de ese país, trabajaba en la televisión– participó en varios concursos de los programas «Buscando el éxito», «Popstar», de Manuel y Hermes, y en «¡Qué viva el merengue» con Jatnna Tavárez, que le sirvió de trampolín para dar el salto a la escena profesional.
Siempre me enfoqué en poder conquistar un público cosmopolita», comenta Tony. «No solo al que le gusta la bachata, sino al fanático de la balada, merengue, salsa o del pop o del pop rock, entendía que tenía otras capacidades en la música. Cuando concluyó el reality ‘¡Que viva el merengue!’ de Jatna, me fui a trabajar a los hoteles de la región Este y gané muchísima experiencia interpretando un repertorio diverso, en inglés, portugués, italiano y francés, incluso. No sabía lo que significaban las letras, pero fonéticamente cantaba esos éxitos musicales tal cual la gente los conocía en los discos».
Tony Remol regresó al país para meterse de cabeza en los estudios y está grabando su tercer álbum, el cual incluirá Festival de cariño, una composición del comunicador y expresidente de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), Carlos T. Martínez, que ya está sonando en la radio en versión bolero y en salsa.
«Estoy sumamente complacido y entusiasmado con el trabajo que logramos con esta canción de Carlos T.», indicó el artista con el autor sentado a su lado. «Me pasó las letras, me hizo la historia cómo surgió la inspiración, y la verdad es que guardo mucha esperanza de que el público dominicano pueda recibirla con los brazos abiertos y yo seguir avanzando en este mercado que es el mío, de manera natural».
En Ucrania el artista tuvo la oportunidad de enriquecer su estilo musical, promover los ritmos dominicanos y absorber de una gran variedad de sonidos que le han permitido robustecer su impronta. «Hice un concierto de bachata en Ucrania, ahí nadie nunca había escuchado eso en vivo, grabé una kizomba –música africana– en ucraniano, lo hice con una chica, machucao, pero la grabé [risas]. Esto para mí fue un trampolín donde me di a conocer en los programas de televisión de esa nación, y llegué a ser un personaje bastante popular. Estuve en ‘La Voz’ y otros realitys, hice muchos conciertos pero…. llegó la guerra y tuve que salir de allí».
Tony Remol habla cinco idiomas. Es una persona afable, que narra su trajinar por el Viejo Continente con elocuencia. En sus años en Ucrania, de escenario en escenario pasó por Alemania, Suiza, Italia, Polonia y España, donde fijó residencia en la ciudad de Marbella. Su segundo álbum, Fiesta, se lo produce Rino Music, que incluye reguetón y fusiones urbanas. Ocho canciones entre las que destacan Se vale to’ y Piropos.
Pero Tony no se sentía conforme con el repertorio que había forjado en sus primeros dos álbumes. Es cuando decide contactar a su amigo y compositor Mario Díaz para que le escriba una salsa. «Así me pasa la canción Quisiera decirte, que está precioso, y le sugiero que también grabemos una versión en bolero, porque la verdad es que quedó muy bien y cuando concluimos con ese proceso y me dice: ‘Tú sabes que debes grabar un álbum de boleros’, así que grabamos seis canciones, en solitario y ahora voy a grabar un disco completo de duetos, entre los que pienso grabar con Adalgisa Pantaleón, Rubby Pérez, Sergio Vargas y Fernando Villalona, entre otros».
Ese es el plan inmediato del artista mientras esté en el país, desde donde volverá a Marbella para continuar con su carrera. Es el momento en que tiene contacto con Carlos T. Martínez, y grabar esta canción, Festival de cariño que tiene un gancho que puede conectar con facilidad con el público. Tony Remol se siente como pez en el agua cuando regresa a su tierra natal. Habla con entusiasmo sobre el proceso de grabación de su tercer disco.
«Mario Díaz me dice que vaya al programa de Carlos T. Martínez que me iba a entrevistar», recuerda este encuentro con el periodista. «Cuando me entrevistó, me dijo: ‘Me gusta tu voz, tu estilo, te voy a dar una canción mía para que tú la grabes’. Le dije, con mucho gusto. Y me dijo que la iba a colocar en su programa –«Panorama farandulero y algo más»– durante seis meses, y así se dio esta colaboración que dio como resultado un tema grandioso, con muchísima calidad. La hice en bolero, que era la idea inicial, y Carlos me propone que la grabemos en tiempo de salsa, y ahí está: una obra de arte».