Por @juniorpeñareyes
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El alcázar de Colón constituye uno de los sitios más emblemáticos de la Ciudad Colonial y el primer palacio fortificado del Nuevo Mundo.
El célebre palacio virreinal de don Diego Colón, fue levantado cerca de los farallones (roca alta y tajada que sobresale en el mar y alguna vez en tierra firme) orientados hacia el río, tras ser concedido este terreno por el rey Fernando el Católico a don Diego Colón, virrey de las Indias.
La construcción, a base de rocas coralinas, se realizó entre 1510 y 1514 siguiendo un estilo que aunaba el renacentista español e italiano, con el gótico y el mudéjar.
El monumental edificio cuenta con 55 estancias y un total de 72 puertas y ventanas que han sido testigo de las reuniones más importantes por parte de conquistadores como Cortés, Velázquez o Balboa, para colonizar México, Cuba o Perú, entre otros territorios.
La residencia ha funcionado como hogar de la familia Colón de Toledo hasta aproximadamente 1577.
El edificio fue convirtiéndose en ruinas y, para protegerlas, fue declarado monumento nacional en 1870. En 1955 se decidió someter a una importante rehabilitación el precioso palacio. Esta reconstrucción resultó bastante polémica, debido a que no se respetó el estilo original.
Hoy en día, el Museo Alcázar de Colón, muestra veintidós estancias conservadas de entre las cincuenta y cinco originales, que puedes recorrer descubriendo las decoraciones de las distintas salas, con mobiliario y elementos decorativos fechados entre los siglos XIV, XV y XVI y que dan muestra del estilo de vida del XVI al XVIII.