Por Junior Peña

Cada 14 de febrero se celebra en varios países del mundo con gran entusiasmo y alegría el Día de San Valentín, Día de los enamorados o Día del amor y la amistad. Un día muy especial para muchos, donde se resalta la importancia del amor y que, pese a la creencia de su origen comercial, viene de mucho antes. Concretamente del siglo III en Roma y la muerte de Valentín, un sacerdote sentenciado por celebrar en secreto matrimonios de jóvenes enamorados.

14 de febrero, día para celebrar el amor

Fiesta del amor o fiesta comercial, lo cierto es que hoy en día el 14 de febrero es una fecha señalada en el calendario de millones de parejas de todo el mundo. Un día para compartir regalos (materiales o no), para cuidar especialmente del amado y, en definitiva, un día para celebrar el amor y la amistad.

San Valentín y el Día de los Enamorados

Fue durante el siglo XIX cuando, en los países anglosajones, comenzó la tradición de intercambiarse postales con mensajes amorosos en el Día de los Enamorados. Poco después, a la costumbre de las postales se sumaría la de obsequiar a la pareja con otros regalos como rosas, bombones y joyas.

La tradición comenzó a ser comercial cuando Esther A. Howland, norteamericana, comenzó a procurar la venta de tarjetas de regalo con motivos románticos y dibujos con temáticas de amor a mediados de la década de 1840.

Ya bien entrado el siglo XX, el comercio y la publicidad recogieron la figura de San Valentín, alentaron su patronazgo sobre los que estaban tocados por las flechas de cupido o los que pretendían estarlo y lo aprovecharon para convertir el 14 de febrero en una fecha señalada en la que aumentar sus ventas.

La historia de San Valentín de Roma

La historia nos lleva al siglo III en Roma, cuando un sacerdote llamado Valentín se opuso a la orden del emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, considerando que los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales.

En aquel entonces, Valentín se nombró como un opuesto al decreto del emperador, y comenzó a celebrar –en secreto– matrimonios para los jóvenes enamorados. Así fue como se popularizó que San Valentín sea el patrón de los enamorados.

Sin embargo, la historia con un origen romántico comienza a deteriorarse, cuando Claudio II sentenció a muerte a San Valentín el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía.

Momentos antes, Valentín ya cumplía una cadena de prisión en la que, en pleno cautiverio, recibía cartas de agradecimiento de las parejas que habían celebrado matrimonio gracias a él.

En el año 496, el papa Gelasio I canonizó a San Valentín y lo propuso como el “patrón de los enamorados”. Es por ello por lo que año a año, se conmemora el Día de San Valentín.

Una última (y poco creíble) versión cuenta que el sacerdote Valentín fue apresado y se enamoró de la hija de su carcelero, a la que dedicó una apasionada carta de amor que firmaba como “de tu Valentín”, lo que se convertiría en el origen de la tradición de enviar las cartas y postales de amor que intercambian los enamorados cada 14 de febrero.

 

 

 

 

 

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